En un año 2016 que no tuvo un arranque con grandes series, sin dudas American Crime ha sido una de las notables y honrosas excepciones.
Esta entrega de diez capítulos, que al estilo de Fargo, American Horror Story y otras, trata temas unitarios por temporada ya sorprendió en el 2015 tanto por la profundidad y el realismo con el que trató temas muy complicados de desarrollar en televisión abierta como la discriminación y la desigualdad ante la ley. En su momento causó algún revuelo en los medios y recibió acusaciones de todos los ángulos: desde racismo por un lado, y el de "humanizar delincuentes" por el otro
El ciudadano medio de cualquier parte del mundo, se siente mucho mas dentro de su zona de confort si un asesino, o un ladrón es reflejado en televisión como un ser marginal y sin el mas mínimo código moral. En American Crime tanto el racista, como el delincuente son mostrados como lo que son, seres humanos con luces y sombras en sus personalidades y situaciones extremas que los llevan a actuar en modo irreflexivo y en algunos casos violento o discriminador.
Mostrar un espejo tan realista de una sociedad no es un tema muy popular en Estados Unidos, por ende los niveles de audiencia de American Crime fueron pobres, casi a nivel de cancelación. Sin embargo, la lluvia de nominaciones en premios y el reconocimiento general de la crítica hicieron que la cadena ABC que no se caracteriza por tener una programación tolerante con el bajo rating, la renovara.
La segunda temporada se mete hasta el hueso en otro tema tabú de Estados Unidos que es la educación. Esta historia comienza enfocada en una escuela para gente de dinero o para personas de clase media que, con muchísimo sacrificio mandan sus hijos a la misma debido a su prestigio sin medir demasiado su verdadero nivel educativo.
Frente a una denuncia de violación vemos reacciones de todo tipo. Desde la directora (una gran Felicity Huffman) que maneja el tema con el único objetivo que el incidente no dañe el prestigio de la escuela, el entrenador de basquet (Timoty Hutton) que no puede creer que alguno de sus jugadores pueda tener que ver en el hecho y prefiere en principio ignorarlo hasta que todo le explota en la cara, los padres adinerados a los que solo les importa salvar la situación de sus propios hijos (otra genial labor de Regina King) y la madre de la victima (Lili Taylor) cuya culpa por no haber estado siempre cerca la impulsa a revelar detalles del incidente, mucho mas allá de la real voluntad de su hijo.
Al igual que en la primera temporada la serie tiene un estilo muy particular de dirección, con planos en los cuales escuchamos las voces de personajes sin ver sus rostros o en tomas que parecen desenfocadas, como si esta excentricidad quisiera poner mas en evidencia la catarata de hipocresías que se escucha en cada personaje. Los diálogos son duros y por momentos insoportables por lo honestos.
La historia central es poderosa y a medida que transcurre vamos viendo distintas vueltas de tuerca que como si fuera una cebolla, vamos quitando capas y conociendo mas las motivaciones y revelaciones mas profundas de los personajes en un desarrollo tan profundo de los mismos que recuerda a las mejores series inglesas.
No es una serie fácil de ver porque en muchos casos vemos gente normal, que puede ser cualquiera de nosotros, actuando miserablemente frente a una situación extrema y en el que las principales victimas terminan siendo los jóvenes a los cuales todos los adultos desde el discurso, pretender educar y proteger.
American Crime rompe con lo habitual. La víctima de la violación es un varón, la familia adinerada que usa el dinero para proteger a su hijo es negra, y en el colegio público que conocemos con el correr de los capítulos los reclamos de discriminación racial se la hacen los latinos a un director negro. Entiendo que todo esto no es casual y que busca reflejar que cualquiera fuera el color de una persona, puesto en una situación extrema, puede comportarse en forma despreciable o reaccionaria. Se muestra a una sociedad norteamericana mas integrada que veinte años atrás pero en la cual quienes se integraron tomaron de la misma algunas cosas buenas pero también muchas de las malas.
No se si es una serie para cualquiera. Sus temas son duros, no hay "alivios cómicos" ni situaciones que suavicen los hechos terribles que muestran. Obviamente a quienes les gusten las historias de personajes con una trama dura e inteligente y con grandes actuaciones, es una excelente opción. Recordar que es miniserie, es decir que la historia concluirá al cabo de diez capítulos.
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