En mi caso, de muy chico fui al Club Temperley y en el buffet del club, en la platea, o en los largos viajes para ir a ver los partidos de visitante, era testigo silencioso de como los veteranos rememoraban las historias de los jugadores, de la clase que "ya no existían".
Uno de los héroes mas recordados era Luciano Agnolín, quien cada tanto venía a la platea, anunciaban su presencia en los alto parlantes y los veteranos se rompían las manos aplaudiéndolo. Me acuerdo de una frase de mi abuelo: "no hubo, no hay y no habrá nunca mas un delantero en Temperley como Luciano Agnolín".
El tipo sin dudas era una bestia, hizo en su carrera 184 goles en 203 partidos oficiales disputados en distintos equipos y solo en Temperley, entre 1939 y 1943 en partidos oficiales convirtió 130 goles en 133 partidos jugados. ¿como no aplaudirlo hasta el delirio si te tocó verlo jugar?. Cuando ya fui un poco mas grande, y me animé a hacer alguna pregunta, la obvia era ¿como puede ser que semejante monstruo de la efectividad no terminara jugando en un equipo grande?
El mito hablaba de un jugador que "no se cuidaba lo suficiente", sin embargo la historia nunca me cerró. ¿se imaginan hoy, en los tiempos en que televisan todo, un jugador que en Nacional B hace esa cantidad de goles? Con un buen representante en dos años está en el Real Madrid...
La realidad es que en la década del 40' absolutamente nadie, fuera de los hinchas de esos clubes, le daba la menor importancia a la segunda división. Los diarios le daban un pequeño espacio en la sección deportiva de los domingos y poco mas. De hecho dos años después de irse Agnolín, en 1945 Temperley tuvo una delantera que hizo 129 goles en un solo torneo, récord absoluto del fútbol argentino todavía no superado y ninguno de esos jugadores triunfó luego en Primera División. Es decir un caldo de cultivo perfecto para construir los mejores mitos.
Hoy con Internet, y el modo en que todo trasciende, un jugador hace dos goles lindos en la sexta de Flandria en la cuarta categoría (con todo mi respeto para el club de Jauregui) y al día siguiente ya se encuentra su nombre anotado en la agenda de diez representantes, ocho clubes y cinco directores técnicos. Ya no hay lugar para los mitos.
Otra de Temperley. El "jugador mito" de los '60 y principios de los '70 en el Celeste fue Alejo Escos. Todos los contemporáneos recuerdan actuaciones y goles fantásticos de otro jugador cuya historia siempre fue que "no pudo triunfar porque no se cuidaba". La leyenda mas difundida entre los veteranos del club fue un gran gol que Escos le hizo jugando a All Boys jugando en la Reserva del Celeste en cancha de Racing.
Cada vez que me contaban la anécdota Alejo había gambeteado un jugador mas, y obviamente absolutamente todos, habían estado ese día viendo ese partido de reserva... La realidad, si mágicamente apareciera un registro en video en youtube de ese partido veríamos un lindo gol, quizás un golazo, pero nunca tan espectacular como lo relataban los veteranos adornando la anécdota. Asimismo si ese mismo video tuviera un primer plano de la tribuna donde estaba la gente de Temperley, podríamos ver a solo a uno de cada diez "relatores del mito" en la cancha...
Mi teoría es que el mito de nuestros mayores fue el combustible ideal para generar la pasión por el fútbol y nuestros colores. Íbamos a la cancha a ver esa misma camiseta que habían usado los héroes del pasado. Era casi como una ceremonia religiosa la salida del equipo a la cancha, emocionaba mas que un gol. Supongo que todos los clubes de la Argentina tendrán sus mitos y jugadores legendarios. En mi caso fue y es Temperley. Pese a las exageraciones y adornos recuerdo con mucho cariño a todos esos veteranos que con cara emocionada te los relataban. Les agradezco con el alma esas historias. Ellos transformaban el fútbol en algo inexplicablemente mágico, que solo aquellos que lo disfrutan, logran entenderlo.
Internet nos ha dado muchas cosas, pero nos ha matado esos mitos.
Cuando en cincuenta o sesenta años, los veteranos de entonces intenten relatarle a sus nietos "Brandan gambeteó a siete se la picó al arquero e hizo el gol", estos le van a contestar "Abuelo, acabo de verlo en internet de tres ángulos distintos y pasó a dos en velocidad y el arquero se quedó atornillado". Lamentablemente ya no habrá lugar para los mitos, por eso es tiempo de construir afectos y adhesiones a través de hechos y realidades, en otras palabras sin versos.
(Agradezco las fotos al blog Historia del Club Atletico Temperley y a su autor Marcelo Ventieri)
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